Kyabjé Dungse Shenphen Dawa Norbu Rimpoché es el alma de Nyingma Tersar.

No existen palabras para expresar la inmensa gratitud que sentimos hacia nuestro maestro perfecto. Su generosidad y su compasión intrépida guiaron a aquellos de nosotros, afortunados, que fuimos bendecidos con su presencia en esta vida.

Su vida fue un ejemplo y una inspiración constantes para romper los conceptos mentales y golpear continuamente la creencia en un yo. Su energía, que era amor en estado puro, se expresaba de múltiples formas, según las necesidades de cada uno.

Su sentido del humor y su capacidad de convertir todas las situaciones en una enseñanza hacían que cada momento a su lado fuera único e impagable.

Durante toda su vida sirvió y contribuyó a la labor de su padre, Kyabjé Dudjom Rimpoché, Jigdrel Yeshe Dorje, para establecer el Dharma en Occidente, e incansablemente brindó apoyo y protección constantes a aquellos de nosotros que fuimos sus discípulos del corazón.

Aspiramos a que en todas nuestras vidas futuras podamos volver a postrarnos a sus pies de loto y ser bendecidos por su inmensa compasión.